ESTADO DEL ARTE

Se calcula que en el mundo hay entre 300 y 370 millones de personas identificadas como indígenas, que hablan más de 4,000 idiomas, integran unos 5,000 grupos diferentes y tienen presencia en unos 70 países de todos los continentes (Civallero, 2007). Este colectivo no es completamente uniforme, sino que existen diferencias entre grupos e individuos indígenas con respecto a muchas variables, como por ejemplo su nivel educativo, el uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) o conciencia étnica (Hernández & Calcagno, 2003). Sin embargo, en su gran mayoría, y sobre todo a nivel de grupo social, se encuentra en una situación de exclusión y marginación, y se enfrentan a numerosos problemas relacionados con sus derechos civiles y territoriales, seguridad, salud, educación y desarrollo económico. A los problemas de marginación y pobreza que afrontan las comunidades indígenas desde hace tiempo se les han sumado en los últimos tiempos los de la exclusión tecnológica y la brecha digital, relacionados con las dificultades o incapacidad de acceder y beneficiarse del uso de las TIC. Esta brecha digital es especialmente preocupante, ya que cada vez hay más evidencia de que en la actualidad la falta de acceso y aprovechamiento de la información supone una importante limitante del desarrollo educativo, laboral, económico y social de las comunidades afectadas (Broadbent &Papadopoulos, 2013), que además deriva hacia una brecha cognitiva, debido al papel que juega la información en el acceso y generación de conocimiento (Fonseca, 2010; Tello, 2007). En México, ell rechazo de los pueblos indígenas ha sido una constante en la vida nacional, sus territorios han sido permanentemente violados por los explotadores de los recursos naturales, lo cual ha provocado miseria y, como consecuencia los habitantes emprenden la migración a las grandes ciudades, llevándolos muchas veces a encontrar más miseria, discriminación, malos tratos, así como a la violación de sus derechos civiles y humanos. Debido a la situación en que se han mantenido los indígenas mexicanos, el gobierno federal así como las autoridades estatales y municipales, han asumido una postura ante ello, que van desde el asistencialismo hasta el desarrollo de programas para su atención y para abordar sus necesidades específicas, por lo cual han determinado que algunos de los espacios designados para la negociación con las culturas indígenas sean, entre otras instituciones, las escuelas. Junto a las escuelas han estado presentes las bibliotecas públicas, y la adquisición de pequeñas colecciones en sus diferentes lenguas creadas para apoyar la educación. Más recientemente, se hicieron esfuerzos para llevar las tecnologías de la información y la comunicación a las comunidades indígenas. Sin embargo, la situación no es muy alentadora, pues Ramírez Velázquez reportaba hace tres años que, "el gobierno ha carecido de políticas públicas permanentes que inserten a las comunidades indígenas en el medio tecnológico; ha sido incapaz de desarrollar proyectos que de manera paulatina pero constante introduzcan los recursos necesarios de cómputo a todas las comunidades para acceder a diferentes medios de comunicación, de información y elevar su conocimiento del mundo que les rodea".


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